Synthpop entre lo mágico, lo divino y lo humano en la Sala Apolo
.Y es que este emblemático espacio de Barcelona volvió a vivir una de esas noches de conciertos mágicas gracias a Concerts Cruïlla, y no fue para menos, el cartel de "Sold Out" desde hacía ya varios días hacía presagiar que sería una gran noche.
The Gods We Can Touch es el título del álbum que la artista Noruega Aurora Aksnes está presentando por toda Europa, al menos hasta finales de Noviembre antes de dar el salto hacia Australia y New Zealand, este álbum le está dando muchas alegrías a Aurora, la aceptación que está teniendo por parte de los oyentes está siendo fantástica alcanzando ya millones de reproducciones.
El público estaba entusiasmado, el vitoreo era constante en los minutos previos al inicio del concierto, había nervios, excitación, algunas personas traían consigo ramos de flores y pequeños regalos que darían a la artista durante el concierto, caras adornadas con brillantitos que se reflejaban en la oscuridad de la sala, sin duda, el ambiente era el esperado y la respuesta del público fue inmediata.
Se apaga la música, se hizo la oscuridad y tras las luces tenues del escenario comenzaron a hacer su aparición los músicos de la banda que resguardarían en todo momento a la Frontwoman.( Batería, Guitarra y Coros ).
Aurora Aksnes salía a escena para arrancar el concierto con la hermosa canción de introducción que abre el disco Forbidden Frutis Of Eden en el que la maravillosa voz de Aurora y su corista no hicieron más que emocionar más al público en este inicio de concierto antes de pasar a Heathens con la que comenzaría a desatar su tremenda energía sobre el escenario y deleitar al público con sus bailes, movimientos danzatorios y miradas para continuar con Blood in the Wine, también de sus último trabajo, con la estela de sus vestiduras entre las hermosas luces.
La puesta en escena generaba cierta magia, una luz en forma redonda emulando al mismo Sol al fondo del escenario dotaba al espectáculo una diversidad de colores fríos y cálidos, desde el suave color del sol del amanecer hasta el rojo más caliente y el color de las noches más frías como en la estética del video clip de su reciente sencillo "A Temporary High". Durante las casi dos horas de concierto ofreció al público un repertorio de unas 18-19 canciones en la que no faltaron canciones como Churchyard, Cure For me o sus ya clásicas Runnaway o Running With The Wolves.
El público se mantuvo conectado a Aurora y la banda en todo momento, y es que la artista Noruega se ha ganado con creces la admiración que despierta, ya no es solo su singular voz, en escena mezcla brisa y vendaval, la risa y el llanto, fuerza, fragilidad y lo hermoso con la locura, ella es como su voz, fuerte y empoderada, con toda esa mezcla, acentuado con una estética y dirección de arte que elevan a la artista Noruega en esta gira a los altares de la fantasía y las fábulas.
Larga vida a Aurora Aksnes
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